La “Pornografía del Desastre”

Por Felipe Zumarán

A comienzos de mes salió a luz una noticia que no dejó a nadie indiferente: la filtración, desde la Intendencia de Ñuble, de un protocolo de difusión del Gobierno en donde se entregaban lineamientos respecto a la cobertura comunicacional a seguir durante la entrega de cajas de alimentos en el marco del programa “Alimentos para Chile”.

Si bien, el documento permite mantener un orden y criterio unificado para todos los funcionarios, no deja de lado la acostumbrada sobrexposición que ha caracterizado a la administración piñerista en su conjunto. Indicaciones de “Fotos de funcionarios bajando cajas" e “idealmente el agradecimiento de algunas personas, pero que el foco visual esté sobre todo en la beneficiaria” no dejaron a nadie indiferente. 

Sin embargo, no es la primera vez que el Gobierno busca la atención mediática en situaciones de emergencia. El 13 de octubre de 2010, 33 mineros eran rescatados con vida en una de las operaciones de salvataje minero más complejas de la historia. Si bien los reales protagonistas de tamaña empresa, además de los mineros, eran las decenas de personas encargadas del salvamento desplegado desde el minuto cero, todo fue eclipsado por la imágenes que mostraban al presidente Piñera como el verdadero líder del rescate, estando en la misma zona de tareas para recibir a “sus mineros”, transformando una operación de rescate en un verdadero show mediático internacional, el cual sin duda alguna, reforzó su tan importante imagen internacional.  

Como ya sabemos, todo Gobierno busca propagar las acciones que lleva a cabo, mantener una adecuada difusión de sus actividades es vital para poner tener un adecuado acercamiento con la ciudanía. De esta manera, el “Marketing Político”  es un conjunto de acciones comunicativas llevadas a cabo por una consultoría o un profesional de marketing con el objetivo de impulsar la reputación de un representante o grupo político para mostrar las ventajas de sus propuestas e ideas, no obstante, debe llevarse con responsabilidad.

A comienzos de junio, el triste espectáculo de personalidades de Gobierno agolpándose por entregar ayuda alimentaria acompañado siempre de varios medios informativos (los que por tener el mejor ángulo, no respetan las normas de distanciamiento físico, lo que los convierte en cómplices del espectáculo) buscando el momento perfecto en que se pueda registrar la mirada de angustia de quien va recibir la ayuda, responde más a una actitud llamada, despectivamente por algunos profesionales, como “Pornografía del Desastre”, donde la premisa por obtener el mejor registro de una persona o comunidad que se encuentra resistiendo una situación extrema está por sobre su dignidad.

Uno de los ejemplos más recordados y repudiables, es la nota del ex periodista de 24hrs Claudio Fariña, luego del mega incendio de Valparaíso de 2014, donde entrevistó a una niña damnificada hasta hacerla llorar, acción que provocó múltiples denuncias al CNTV e incluso hasta una queja de la UNICEF. 

En situaciones de emergencias como las que estamos viviendo, la dignidad de las personas debe ser protegida en todo momento, el normalizado morbo televisivo que opera en complicidad con intereses políticos y el marcado sesgo ideológico de los invitados a los matinales no hacen más que crispar los ánimos de una población que pasa por momentos difíciles y que ya no confía en las instituciones encargadas de velar por ellos. El “turismo del desastre” de muchas notas de prensa exponiendo la tragedia humana de los sectores más vulnerables, exhibiendo a sus habitantes a un sesgo generalizado también forma parte de este show morboso e indignante. Hoy en día, con Valparaíso y Viña del Mar, la comuna con mayor cantidad de campamentos a nivel nacional, en plena cuarentena total y con una creciente demanda de soluciones sociales, es probable que volvamos a ser testigos de campañas de proselitismo político y la complicidad de grandes medios informativos que con tal de ganar la batalla de la audiencia buscaran exponer la “cruda realidad” de los sectores más vulnerables, como si fuese algo reciente.

El insistente llamado de Mario Kreutzberger, icono nacional de la mediatización de la ayuda humanitaria, a realizar una “Chiletón” (o “Chile ayuda a Chile 2020”)  para ir en ayuda de quienes peor lo están pasando a consecuencia de la crisis sanitaria, económica y social desatada por la epidemia de coronavirus es un ejemplo más de como la exhibición de la tragedia humana ha sido normalizada por los medios y la posibilidad para grandes empresas de lavar su imagen apelando a la responsabilidad social empresarial. 

La sobreexplotación del sufrimiento nos obliga a imponer el necesario debate entre conocer y saber de primera mano algo y el conocimiento morboso de una situación; entre conectar con el sufrimiento de unos seres humanos (conocidos o no) y frivolizar sobre el sufrimiento ajeno. Hoy la unidad social, la empatía y la solidaridad sostenida deben ser las principales herramientas sociales para poder sobrellevar la presente pandemia y no ser un mero acto de marketing.

Foto: Huawei / Agencia Uno