La “romantización” de la precariedad bomberil

La “romantización” de la precariedad bomberil

29 Mayo 2020

¿Sabía Ud. que cada bombero debe pagar una “Cuota Social” mensual para poder pertenecer a una Compañía de Bomberos? Sí, cada voluntario paga para poder asistir a emergencias.

Felipe Zumaran >
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Por Felipe Zumarán

Durante el Estallido Social de 2019, miles de chilenos salieron a las calles a descargar su rabia contra un sistema totalmente desigual que por años viene imponiendo un sistema de vida que no garantiza las garantías sociales y que nos mantiene viviendo en base a créditos financieros. En medio de un caos social, con manifestaciones cada vez más violentas y una brutal represión por parte de las Fuerzas Armadas y de Orden Público, la imagen de los vehículos de Bomberos acudiendo a los cientos de llamados de emergencias que se desarrollaban a nivel país fueron una de las postales más destacadas por todos los medios de comunicación y en redes sociales.

Entre los miles de manifestantes que usaban las calles para expresar su descontento imperaba el dicho “Con Bomberos y Ambulancia, No”, haciendo alusión a que los vehículos de bomberos y de salud (así como sus ocupantes) no debían ser agredidos; es más, en casi la totalidad de los casos, se les despejaba el camino de las barricadas levantadas por los mismos manifestantes. Ese respeto de la ciudanía hacia los voluntarios de bomberos puede ser comprendido porque todos de una u otra manera conocemos a uno: un familiar, un amigo, un compañero de trabajo o de la universidad, y que seguro nos ha compartido alguna de sus innumerables historias y anécdotas propias del servicio de emergencias. 

Sin embargo, bajo la imagen de “Héroes” y la mística que rodea a los “Caballeros del Fuego”, se esconde un descontento que siempre ha existido, pero que hoy es visible y que responde a la precariedad que afecta a miles de voluntarios por ineficientes políticas de financiamientos que se arrastran por años. Responsabilidades compartidas entre Oficiales Generales de los distintos Cuerpos de Bomberos, que no poseen las adecuadas competencias profesionales para ocupar cargos críticos y autoridades gubernamentales y partidistas que utilizan a dicha institución como plataforma para sus campañas políticas hacen que uno de los servicios vitales para seguridad de la población (que habita en uno de los países con mayor índice de riesgo de desastres a nivel mundial) conviva con una constante crisis de financiamiento.

Hablar de cifras y exponer resúmenes presupuestarios muchas veces no deja ver las verdaderas falencias humanas que afecta a Bomberos de Chile y que para muchos es un tema desconocido o silenciado, casi como un tema tabú, o porque impera la idea de que el voluntariado tiene que ir de la mano con la imagen romántica de sufrimiento físico y emocional que lleva al límite la capacidad de la persona, sin embargo, dicho sacrificio no puede ser mezclado con precariedad y negligencia.  

¿Sabía Ud. que cada bombero debe pagar una “Cuota Social” mensual para poder pertenecer a una Compañía de Bomberos? Sí, cada voluntario paga para poder asistir a emergencias. Al igual que en un club social, dicha membresía permite solventar gastos operativos, pero si el voluntario se atrasa con sus pagos, puede ser suspendido del servicio activo e incluso, en casos extremos, ser expulsado. El monto de dicha “Cuota Social” depende mucho de la Compañía de Bomberos, no obstante, los valores oscilan entre los 3.000 a 15.000 pesos. 

¿Sabía Ud. que cada talonario de “Bonos de Cooperación” que no pueda ser vendido por un voluntario, lo debe pagar con su propio dinero? Durante años, la tradicional “Rifa” ha sido uno de los principales medios con que los Cuerpos de Bomberos pueden obtener recursos adicionales. Entre los deberes y compromisos adquiridos por el voluntario se encuentra la venta de una cierta cantidad de talonarios durante el periodo de “Campaña Económica”, lo que se traduce en un monto monetario que debe rendir a la tesorería de su Compañía; de no cumplir con la meta, debe solventar el déficit, sino, arriesga una sanción disciplinaria. Es preciso mencionar que los voluntarios que están en las calles ofreciendo sus talonarios, lo realizan durante el tiempo libre de su jornada laboral o académica, por lo tanto, el sentimiento de frustración al ver que es ignorado por la gente que no desea cooperar, no deja de ser menor. 

¿Sabía Ud. que en algunas Compañías, los voluntarios deben compartir sus uniformes con más personas? Aunque parezca increíble, debido a lo costoso y complejo que es la adquisición de tan vital equipo de protección, muchas Compañías de Bomberos no cuentan con un adecuado stock de uniformes para todo el personal operativo de sus filas, según el catálogo de la Junta Nacional de Bomberos de Chile (entidad que coordina y aglutina a los distintos Cuerpos de Bomberos a nivel nacional; disponible en: https://www.bomberos.cl/bomberos_2017/catalogo_bomberil/), un Uniforme Estructural “Normado” (chaqueta y pantalón) contra incendios tiene un valor de internación de 829.755 pesos, pero para los Cuerpos de Bomberos, es de 200.000 pesos, no obstante, para poder acceder a ese beneficio, deben ingresar a un engorroso sistema de compras, que depende del stock disponible, un número limitado de artículos a adquirir y una lista de espera de las ordenes de compras provenientes de todos los Cuerpos de Bomberos a nivel nacional, por lo tanto, la renovación de los equipos puede tardar meses.

Actualmente, el mercado cuenta con una variada oferta para la adquisición del Equipo de Protección Personal (EPP), no obstante, su precio, al ser adquirido de forma particular,  sigue siendo muy alto e imposible para un Cuerpo de Bomberos con recursos limitados. Técnicamente, un bombero debiese poseer dos juegos completos de su Uniforme Estructural (Chaqueta, Pantalón, “Esclavina” o protección facial y Guantes), de modo que cada vez que regrese de un incendio dichas prendas pasen por un adecuado proceso de descontaminación; sin embargo, la realidad es otra, muchas prendas son usadas varias veces en la semanas debido a no poseer un recambio, y si, lo hay, es un uniforme dado de baja que no cumple con las adecuadas medidas de protección. Utilizar uniformes húmedos o sucios incrementa el riesgo de enfermedades que pueda sufrir el voluntario, así como restar la vida útil del equipo, el cual es de 8 a 10 años en condiciones óptimas de manteamiento, pero cómo bien sabemos, la realidad es otra. 

¿Sabia Ud. que actualmente operan vehículos de emergencias con más de 20 años de servicio? Si bien, existe un paulatino proceso de actualización del parque automotriz, todavía siguen operaron vehículos que ya han terminado completamente su vida operativa y que revisten un verdadero peligro para su tripulación, pero que siguen funcionando porque no existe una verdadera política institucional que garantice el recambio de los vehículos cuando ya cumplen su vida útil. Muchas veces, la Junta Nacional de Bomberos recibe un vehículo de emergencias dado de baja por un Cuerpo de Bomberos y luego de algunas reparaciones es destinado a otro Cuerpo. La necesidad de contar con un adecuado parque automotor que permita la continuidad del servicio a nivel nacional y en todo momento, hace que dichas maquinas sigan operando, pese a que son verdaderas bombas de tiempo debido a falencias mecánicas y fatiga de material. 

Durante el pasado Estallido Social, se pudieron observar a bomberos (de civil, otros vistiendo uniformes personales o algún accesorio que lo identificaba como tal) manifestando su descontento por la falta de recursos, muchos fueron sancionados, perseguidos o silenciados. Algunas personas que solidarizaban con ellos exclamaban “que se vayan a paro”, no obstante, para los miles de voluntarios eso es imposible, puesto que su compromiso con el servicio público es más fuerte. Cada bombero merece un trato digno, el poseer un vehículo de emergencias de última generación no quiere decir que existan otras falencias; es imperiosa una completa reestructuración de Bomberos de Chile, donde se garantice el 100% del financiamiento por parte del Estado (y organizaciones privadas que deseen colaborar), que sean canalizados de forma equitativa y transparentes, poseer bomberos con formación profesional en distintas aéreas necesarias para el correcto funcionamiento de la institución y que no dependan de su tiempo libre o la buena voluntad de su empleador para poder cumplir con las obligaciones de su cargo. Es necesario dejar de tener cómo únicos referentes a las grandes ciudades y sus Cuerpos de Bomberos de vasta historia institucional, debemos mirar hacía las comunas más pequeñas para encontrar realidades que impactan y son el reflejo que en Bomberos de Chile también existe desigualdad, pobreza y poca empatía. Conocer cómo trabajan los cientos de “bomberos rurales” cómo se les identifica en la jerga bomberil a los voluntarios de poblados y ciudades más alejadas de las grandes urbes o capitales regionales nos permite tener un panorama mucho más amplio de las numerosas dificultades con las que deben lidiar día a día.

Mantener un servicio de emergencias con una fuerza operativa 100% voluntaria no es efectiva a nivel nacional y en muchas localidades esa realidad es palpable al observar cómo un vehículo de emergencias es tripulado por un solitario bombero y su conductor, porque el resto del personal se encuentra trabajando o estudiando en otras ciudades, porque la necesidad así lo obliga. Sin embargo y pese a todas las dificultades, cuando nuestro país es azolado por un desastre, sabemos que podremos contar con aquellos miles de voluntarios que están dispuestos a todo, porque lo que les falta en recursos, les sobra en la voluntad de hacer el bien, sin mirar a quien.